Peregrinos de amor

Peregrinos... eso es lo que somos.

Hay días en los que termino con una sensación de que no aproveché mi día, siento que desperdicié mucho tiempo viendo videos random sin estar en el momento presente. Como buena abuela que soy, en ocasiones paso mucho tiempo viendo patrones de costura, o viendo tutoriales para bordar, y más adelante mis videos se vuelven más random y así llega la noche. Mis días se van tornando insípidos, sin sentido, sin momentos de contemplar ni de estar. Clase tras clase, después escuchando música y después leyendo un poco.

Su querida amiga siempre llega a una conclusión (pero nomás no aprende), somos peregrinos en este mundo, y no vinimos para sobrevivir ni para pasar el rato nada más porque sí. Cuando mis días son así, el día me sabe a insípido porque mis anhelos son de eternidad. Nunca podremos llenar nuestros vacíos eternos con las cosas finitas y pasajeras.

Venimos de paso por este mundo.

Quizá suene muy cliché pero es cierto, venimos de paso por el mundo, pero pareciera que lo que estamos viviendo es el fin en sí mismo, hacemos por hacer, estudiamos por estudiar, trabajamos por trabajar, hacemos ejercicio por hacer ejercicio. Vivimos aferrados a metas sin sentido, ideales, expectativas que queremos cumplir por agradar, buscamos encajar o tenemos como meta cosas muy vanales y pasajeras.

Como cristianos estamos llamados a vivir en plenitud, con los pies en la tierra pero con la mirada en el cielo, buscando compartir ese Amor que transformó nuestras vidas, estamos llamados a ser fuentes para que otros puedan beber de esa agua viva que nos ha saciado y nos sigue saciando.

No te digo que dejes a un lado tus metas de estudio, trabajo, en lo físico o en tu desarrollo como persona, solo que recuerdes cuál es tu fin, cuál es tu ideal, por qué haces lo que haces. Es así como podremos soltar más, refinar y buscar metas grandes llenas de sentido, dejar a un lado aquello que no nos edifica, dejar al Espíritu Santo hacer de las suyas y vivir más plenamente. Lleva como parte de tu identidad que eres peregrino, pues tu patria es el cielo.