top of page

Jesús, ya sácame de aquí.

Este encierro ha sido para mi de subidas y bajadas, he tenido días en los que siento mucha paz y que quisiera pasarla bailando todo el día y otros días en los que no me soporto ni a mi ni a nadie, un poco de todo. Uno de esos días en los que me encontraba inconforme con este encierro le empecé a reclamar a Jesús entre broma y broma… Me puse a recordar todo lo que había estado viviendo antes de que nos encerraramos, de lo mucho que hubiera podido hacer, las muchas personas que quizás hubiera conocido, aquellos momentos en los que podía pasear a gusto en el parque sin cubrebocas y sin tener que alejarme de los demás. Extraño a la gente, su presencia, las risas, los abrazos, las miradas y la calidez humana. Empecé a hacerle berrinches a Jesús, diciéndole que ya terminara esto, que podría estar haciendo tantas cosas y que solo lo estaba desperdiciando mi tiempo ahí encerrada.


Y en eso, me vino a la mente Su imagen, recordé que Jesús también había pasado de alguna manera esto mismo que estamos viviendo, por supuesto que no en una pandemia ni aislado de la gente como tal, pero una gran parte de su vida la pasó oculto al mundo público, desapercibido entre los que lo rodeaban con su manera de ser tan común, trabajando como simple carpintero, como un hombre de lo más común, en la monotonía, en una rutina constante. Antes de salir al ojo público, antes de ir a predicar y sanar a tantas personas, sus días se resumían quizás en trabajar las maderas, comer, simplemente estar; contemplar a su Abba en cada detalle de la creación y al Espíritu de Amor que aviva todo; rezaba también, en el silencio, oculto a los ojos del mundo. Nuestro Dios vivía en medio de nosotros, buscando el silencio, buscando contemplar al hombre, en total silencio, totalmente inadvertido. Preparaba su corazón para que algún día pudiera compartir todo eso que había meditado en su interior, todo eso que había contemplado en el corazón herido del hombre, permanecía en recogimiento para que después pudiera darse totalmente a nosotros.


No sé cómo estés viviendo tus días en este encierro, pero probablemente no sería de tu agrado permanecer así toda tu vida, todos esperamos que esto pase pronto para poder seguir con nuestros planes o abrir un nuevo camino después de haber reflexionado tus verdaderos anhelos. Sin embargo, hoy nos toca estar en nuestros hogares, nos toca adentrarnos, reflexionar, seguir creciendo y fortaleciendo. Pide sabiduría para que Jesús sea quien guíe los días que te quedan en este encierro, que así como Él vivió esa vida oculta al mundo, que te enseñe a preparar tu corazón para que cuando sea momento y Él lo desee, puedas volver al mundo, al exterior, con un corazón fuerte, lleno de fuego para compartir Su amor.


Comments


Haz lío con nosotros

¿Tienes dudas?

¿Tienes algún tema?

¿Quieres compartir tu testimonio?

¿Quieres compartir un punto de vista distinto?

y Contáctanos

Esperamos tu DM en Insta

o tu tweet en twitter 

o tu privado en tiktok

o inbox en facebook 

o tu mail en el correo. 

  • Spotify
  • Instagram
  • Twitter
  • TikTok
  • Facebook

© 2020 by Hagamos Lío ®

hl-negro (2).png
bottom of page