La importancia de vivir en comunidad
- Marifer Sosa
- Nov 2, 2020
- 2 min read
Updated: Nov 5, 2020
Hace tiempo había escuchado lo importante que era vivir en comunidad, sin embargo, fue hasta hace poco que lo experimenté y necesité fuertemente. Me decían que era importante para cuando te cuesta caminar con Jesús y que era una experiencia que te fortalece mucho. La verdad es que me parecía bonito, pero no me sentía identificada con la frase, siempre ponía barreras con mis grupos y prefería guardarme las cosas (creo que si ya me han leído antes, saben lo mucho que me cuesta abrir mi corazón), creía que sola estaba bien y que con contárselo a alguna amiga todo estaría mejor.
No les diré que esta cuarentena ha sido de lo más complicada ni terrible para mí en cuestiones de problemas extraordinarios, pero la batalla interior ha sido fuerte, siempre está la oportunidad de crecer o de quedarme en la comodidad (pensando que lo que estaba haciendo ya era más que suficiente). Parecía que todo iba bien, pero mi interior tenía sed de algo más. Quería más profundidad, más exigencia, dejar de lado la mediocridad. Y no me malentiendan, si me conocen saben que soy una persona organizada y que sigue sus horarios, que trata de mantener su oración, pero algo faltaba.
Después de varios meses de estar saltando y picando en varios grupos y comunidades por fin me decidí a soltar algunos, a empezar a centrarme, a hacer las cosas bien, a guardar silencio interior. Y fue así como llegué a una comunidad donde encontré hermanas que me sostienen, encontré un hogar donde mi alma ha empezado a madurar y a fortalecerse. La verdad no llevo mucho de haberme integrado, pero realmente me siento como en casa. No sé cómo, pero Jesús y María van uniendo corazones en el camino, y de un momento para otro me encontré rodeada de hermanas.
Les compartía que fue hasta hace poco que comprendí lo mucho que importa vivir en comunidad... y la cuestión aquí es que tengo una constante batalla en mi interior, así como muchos de ustedes. Muchas veces caigo en la conformidad, en las cosas a medias, en la indiferencia, pero al estar rodeada de personas con las que sé que me puedo abrir y compartir lo que experimento, decido abrir mi corazón y ellas me alientan y me empujan a que dé más, a que no me rinda, a que no me canse de nunca de volver a empezar. Saben que me cuesta y que estoy en construcción, no me juzgan, sino que me sostienen y me guían, encontré verdadera hermandad.
Espero que tú también cuentes con esto, con un círculo de personas que te empujan a más, que hacen que tu corazón vuelva a arder en tiempos de desolación y que no te sueltan, sino que te arrastran si es necesario. Y si no es así, te invito a que lo pongas en oración, que empieces a abrir tu corazón y que permitas que Dios vaya guiando tu camino.
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