Activismo sin sentido
- Marifer Sosa
- Sep 7, 2020
- 2 min read
Updated: Oct 19, 2020
“Camino y camino, pero parece que no avanzo, esto no tiene sentido. ¿Como por qué me siento así si estoy haciendo tanto y le aporto cosas buenas a la sociedad? Siempre ando en todos los grupos que puedo y trato de cumplir, pero no sé por qué me siento así, llena de ruido, agitada, me siento alejada de Jesús aunque siempre lo estoy sirviendo en mis apostolados.” Esto es algo que me ha llegado a pasar mucho, llegan momentos en los que a pesar de que le estoy sirviendo a Dios en varios grupos, me siento alejadísima de Él, empiezo a perder el hábito de hacer mi oración del día, me siento agobiada por tanto grupo y empiezo a fallar, empiezo a darme a medias.
Podría parecer ilógico, ¿cómo es que me siento alejada de Dios si le estoy sirviendo en varios grupos? Pareciera que si uno pasa la mayor parte del tiempo apurado, haciendo muchas cosas por la Iglesia y llenándose de pendientes relacionados con Dios uno debería de estar pleno, alegre, pero esto no siempre es así. Creo que depende mucho de cada persona, pero al menos a mi me pasa así. He aprendido a golpes y sigo aprendiendo que estar en mil grupos no significa que voy por buen camino. Además de que termino cansada y muy estresada, caigo en un activismo sin sentido, en un hacer, en un cumplir, en palomear actividades y tareas. Hacer, hacer y hacer, pero sin tener verdadera conciencia de por quién lo estoy haciendo.
En el libro de 7 hábitos de personas altamente efectivas, Stephen Covey va platicando cómo es que muchas veces podemos caer en un activismo sin sentido. Pone el caso de una persona que tiene que alcanzar un lugar alto, entonces pone las escaleras y empieza a trepar. Trepa y trepa, va avanzando las escaleras, pero al final llega a la cima y se da cuenta de que no llegó al lugar correcto, cayó en un activismo sin sentido, hacía pero sin saber a dónde iba, se olvidó de lo que buscaba.
Siempre que caigo en cuenta de que estoy fallando en esto (que muchas veces me lo hace saber mi directora espiritual, neta se los recomiendo mucho amigos), me doy cuenta de lo mucho que he descuidado mi relación con Dios, que en realidad no lo había estado sirviendo a Él, sino que estaba haciendo las cosas por cumplir, sin razonar por qué.
En una ocasión entrevistaron a la Madre Teresa de Calcuta, le preguntaban por qué pasaba tanto tiempo haciendo oración, que en vez de hacer tantas horas de contemplación, podría estar ayudando y sirviendo. Ante esto, la Santa contestó que si ella no hiciera oración, ninguna obra buena brotaría de ella, pues era Dios quien la inspiraba a hacer y servir.
Si es que te encuentras agobiado por tanto grupo o estás algo alejado de Dios, no te preocupes hermano, Él siempre está de brazos abiertos, Él ya cuenta con que podemos caer pero está en nosotros no darnos por vencidos y aceptar su mano para levantarnos, hoy es un buen día para comenzar de nuevo.
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