¿Qué estoy haciendo yo?

Creo que todos, o gran parte de los católicos nos enteramos que hace casi un mes (10 de octubre para ser exactos), fue beatificado el joven de 15 años Carlo Acutis. Me tocó ver desde meses atrás a la misa de beatificación mucha gente hablar y contando su historia, sobre su testimonio, sus apostolados, sus frases y la manera increíble que tenía de vivir su fe. Y no por nada es conocido como "el ciberapóstol de la Eucaristía". Pero todo este boom sobre este nuevo beato causaba revuelo por varías particularidades de su vida, y una de estas es de lo que medite un tiempo y quiero compartirlo hoy.

Lo primero que me llamó la atención de este muchacho es que nació en 1991. Si, este chico este año cumpliría 29 años. Creo que todos conocemos a alguien de esa edad o que ronda esas edades. Y quiero ahora que pienses en que Carlo podría ser esa persona que se te viene a la mente. Para muchos jóvenes católicos que conozco es increíble el pensar que está en proceso de canonización alguien que nació en los 90's, y que podría ser hasta amigo o conocido nuestro, o incluso tiene la edad de algún hermano o hermana.

Lo otro que quiero resaltar de Carlo, y es lo que más me llamó la atención, es la edad a la que falleció. Carlo Acutis falleció el 12 de octubre del 2006, a los 15 años, por un tipo de cáncer (leucemia mieloide aguda). En el 2006 yo ya tenía 8 años, y tu que me estás leyendo probablemente también ya habías nacido y tal vez eras mayor que yo. Para que entremos en contexto el 2006 fue el año en que debutó el sencillo "You're beautiful" de James Blunt y "Hips don't lie" de Shakira, tal vez tu veías Los Padrinos Mágicos en Nick en las tardes y empezaste a ver Hannah Montana en Zapping Zone. Sé que todo puede sonar un poco extraño, pero quiero que entres en contexto de lo reciente que fue todo esto. El 2006 no está tan lejos de nuestro presente. Y mientras, evidentemente, nosotros vivíamos nuestra vida de niños o pubertos, al otro lado del mundo acababa de fallecer un beato, y futuro santo de nuestra Iglesia. Así es, un muchacho no muy mayor que tú había fallecido, y a partir de ahí empezaría el movimiento de canonización de Carlo Acutis, hasta que a día de hoy nosotros escuchamos hablar de él.

Muy bien Andrés, si nació hace muy poco y falleció hace menos tiempo, pero ¿eso qué? ¿en que me afecta o beneficia? Bueno mi querido hermano, quisiera que pienses en santos que tengas muy presentes, aquellos que admires o simplemente conozcas. A mi se me viene a la mente san Agustín, san Ignacio, santa Teresa de Ávila o san Juan Pablo II. Muchos ejemplos tenemos para escoger. Y lo que te quiero compartir es eso que a mi me impactó muchísimo. San Agustín falleció a los 75 años, san Ignacio a los 64, santa Teresa a los 67 y san Juan Pablo II a los 84. ¿Ves un poco a dónde quiero llegar?

Creo que todos podemos darnos cuenta de que hay una considerable cantidad de años entre los 15 que tenía Carlo y los más de 60 que tenían estos santos, y no sé que hacían cada uno de ellos a sus 15 años, pero sabemos que Carlo Acutis vivía una vida digna de ser llevada a los altares. ¿Te imaginas un muchacho que con 15 años tenga una vida digna de ser reconocida como santa por la Iglesia universal?

Muchas veces hablamos de grandes santos como los que dije, y muchos que faltan. Y tal vez inconscientemente pensamos que el tiempo es nuestro para algún día ser el santo o la santa que soñamos y queremos ser. Pero también hay santos que nos demuestran que en relativamente poco tiempo se puede vivir una vida digna de los altares.

Yo pienso en mi, y de verdad mi vida a los 15 años no estaba ni remotamente cerca de ser considerado un ejemplo de santidad universal. Y me es demasiado increíble pensar que este muchacho a sus 15 años sea un ejemplo tan grande. ¿Cuántos santos que hay hoy en día lo serían su hubieran fallecido 5, 10 o 20 años antes? ¿Cuántas personas vivían una santidad tan plena a sus 15 años? Estoy seguro que muchísimos no lo hacían. Y no me malinterpreten, cada uno tiene su camino de santidad, y el tiempo para llegar a ella varía, y la voluntad y plan de Dios en nosotros es totalmente particular. Pero así como Carlo nosotros estamos llamados, y tenemos la posibilidad de ser santos hoy, ya, en nuestro presente. No tenemos porque postergar algo que ya es asequible, y que si lo fue para él, y otros santos muy jóvenes, también lo es para nosotros.

Hermano, hermana, anímate a salir a vivir tu santidad plenamente. No tenemos tiempo que perder, porque no sabemos cuanto nos quede para trabajar esas virtudes que Dios puso en nosotros. Y un santo no se hace da la noche a la mañana. Te invito a preguntarte ¿Qué estoy haciendo y dejando de hacer para trabajar en mi santidad? Y que la respuesta te ayude a buscar más arduamente ese objetivo primordial del católico: el ser santos, como nuestro Padre que está en los cielos es santo.