Nada Malo Puede Pasar

Una de mis frases favoritas es de Santo Tomás Moro, dice así:

"Nada malo puede pasarme que Dios no quiera y todo lo que Él quiere por más malo que parezca, es en realidad lo mejor". 

Estar detrás de una de las cámaras de Los Llamo Amigos me da la oportunidad de escuchar testimonios de muchas personas. Personas que son de diferentes edades, diferentes ciudades, y contextos, pero aun así en todo los testimonios hay un común denominador. Todas estas personas en algún punto de su vida sintieron un abandono por parte de Dios. 

En mi propio testimonio, hubo momentos en donde sentía que la vida la traía contra mí y todo salía mal. Estoy casi seguro que en tu testimonio también hubo momentos así. Al escuchar los testimonios de los demás, me di cuenta que no fui la única que se sintió así, y tú tampoco eres el único. No fuimos los únicos que nos sentimos abandonados, que estuvimos viviendo en una felicidad falsa, que sobrevivíamos en lugar de vivir, pero sobre todo, no fuimos los únicos que le hacía falta aunque sea un poquito de amor. 

Pero como con Dios todo tiene un final feliz, otro común denominador entre todos los testimonios, es que también todos tuvimos ese momento en donde el amor nos inundó, donde la felicidad y el gozo que sentíamos nos desbordaba, ese momento en donde en nuestros ojos y sonrisas se notaba una paz inmensa y nos dimos cuenta que toda esa tristeza y abandono valió la pena, porque no conoceríamos esa felicidad si no hubiéramos estado en el polo opuesto.

Durante nuestro camino con el Señor, muchas veces nos vamos enfrentar a desiertos como estos, en donde no entendamos qué es lo que el Señor quiere de nosotros, pero ten por seguro, que todo por más malo que parezca es en realidad lo mejor y pronto vendrá nuestro final feliz.