Mi responsabilidad
- Oscar Garza Bahena
- Nov 9, 2020
- 2 min read
Ayer me tocó iniciar un nuevo camino: ser padrino de confirmación de un niño de 8 años. Hoy en día, y más aquí en Monterrey el ser padrino o madrina está muy infravalorado, (en la mayoría de los casos, si hay gente que le toma el valor que se le debe) es más por el hecho de ser compadre o comadre, que por la real responsabilidad que es ayudar y estar de apoyo para esa persona a seguir un camino de santidad. Los papás de Alex (mi ahijado) son una pareja santa, por lo cual para ellos si es importante el camino de santidad de su hijo, y confiaron de yo poder estar de apoyo para Alex y ahí es donde entra esa pregunta en mí, a la cual le di muchas vueltas para poder dar lo mejor de mi ¿Cuál es mi responsabilidad? Esa pregunta fue principalmente refiriéndome a cuál es mi responsabilidad como padrino, pero la realidad va más a fondo. Ya no es solo preguntarme cual es mi responsabilidad como padrino, si no como persona y católico y es a lo que quiero tocar hoy.
En el día a día tenemos muchas responsabilidades; la escuela, el trabajo, la familia, estudiar para un examen, etc. Y la realidad, para bien o para mal, esas responsabilidades son parte del motor de nuestras vidas. Debemos tener responsabilidades para tener un equilibrio y para conseguir algún anhelo. A lo mejor tenemos la responsabilidad de limpiar el cuarto, esto para tener ese equilibrio y esa paz. No conozco a nadie que le guste tener su cuarto sucio y desordenado. Del otro lado tenemos la responsabilidad de estudiar para un examen porque quiero ser un buen profesionista, y esa es la responsabilidad para conseguir un anhelo, porque para tener algo que anhelas necesitas voluntad, y para tener voluntad se necesita responsabilidad. Estas son responsabilidades que tenemos para nosotros, pero a veces se nos olvida preguntarnos nuestra mayor responsabilidad, que se que tiene con Dios y con el mundo.
Ir por la vida ignorando esta responsabilidad es parecido a ir por la vida sin sentido. Justamente ayer, el evangelio del día fue el de las 10 vírgenes, 5 con aceite de reserva y 5 sin aceite de reserva. Esta enseñanza la podemos ver simplemente, en siempre estar preparado por si se acaba ese aceite, sin embargo, en la homilía del obispo lo aterrizó muy bien para la pregunta que me estaba haciendo, de cual era mi responsabilidad. Nuestra responsabilidad si queremos seguir un camino de santidad, es algo muy concreto: dar de nuestro aceite. Como personas, tenemos nuestras caídas, pero para nosotros como católicos nuestro aceite es Dios, es lo que nos da la luz y la esperanza que podemos llegar a perder por circunstancias mundanas. Existen personas que no tienen ese aceite, o que a lo mejor no tiene suficiente reserva, (católicos que a lo mejor van empezando en la fe, tibios, etc) y nuestro deber es compartir de nuestro aceite, compartir a Dios. Y no necesariamente predicando de forma directa la palabra de Dios, si no con nuestro ejemplo, y ahí es donde le va a servir de motivación a la gente. Esa es nuestra responsabilidad, estar al servicio de Dios, y por ende del mundo.
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