top of page

Lávate los oídos, por favor

¿Alguna vez han tenido los oídos tan tan tan tapados de cera que cuando se hacen una correcta limpieza escuchan de una manera tan nítida que sienten como si toda su vida hubiera sido un engaño de lo pésimo que escuchaban antes? Bueno, a mi me pasó. Hace unas semanas decidí limpiar mis pobres oídos porque amanecí sintiendo que tenía mi oído derecho metido en una caja. Así que me di a la tarea de buscar una jeringa grande, una toalla de manos y un recipiente de agua tibia. Al principio pensé que iba a ser cosa de un par de jergingazos, pero no, tomó mucho más de lo que creí, hasta que de repente, pum. Salió el tapón de cera y escuché mi propia voz extremadamente fuerte dentro de mí y el eco de la habitación que me asusté de verdad por la diferencia.

Andrés, ¿por qué nos cuentas tu vida, crack? Bueno porque mi vida es el primer lugar donde puedo y debo encontrar a Dios y sus maneras de manifestarse, y si, encontré a Dios en un tapón de cera. Antes de explicarme te ofrezco una disculpa si la introducción de este blog te causo desagrado, pero ya pasaremos de eso para poder contarte que tiene que ver Dios con un tapón de cera, o más bien que no tiene que ver.

Acompáñame en esta siguiente analogía. Si alguna vez has vivido algún retiro, campamento, misiones o alguna actividad grande con algún grupo o comunidad parroquial es muy probable que, en al menos una ocasión, hayas salido maravillado, enamorado de Dios, fascinado por lo que aprendiste y con muchas ganas de comerte al mundo y compartirlo a quien te topes. Bueno en ese momento eres yo con los oídos recién destapados. Así como yo escuchaba absolutamente todos los ruidos en mi casa, así el corazón recién cortejado por Dios se vuelve más sensible al actuar del Señor en su vida; lo ve en su familia, en sus amigos, en sí mismo, en las personas y los animales, en todos lados está Dios.


Esto es algo fascinante, pero ¿qué pasa después de limpiar un oído? Exacto, nueva cera se empieza a formar y poco a poco irá obstruyendo el conducto auditivo nuevamente. Y así es como, conforme pasan los días de haber vivido ese retiro o misiones o lo que sea, nuestro corazón se va “tapando” con cosas del mundo. Todo se vuelve habitual y cotidiano. El despertar a veces deja de ser un milagro y un gozo, la familia está ahí y convivimos con ella, pero no encontramos a Dios tan fácilmente en ellos. Y todo esto pasa lentamente, y en la gran mayoría de los casos, como conmigo, sin que nos demos cuenta.


Hermano, hermana, no sé cuando fue la última vez que saliste de algún lugar, tema, congreso o evento con un amor inmenso por dar por haberte llenado de Dios. Pero si en este momento de tu vida sientes que has perdido esa docilidad para maravillarte como un niño te invito a que te limpies los oídos (que “destapes” tu corazón pues), y que seas consciente que esa cera se seguirá formando siempre, pero debemos estar atentos para limpiarla, para limpiarnos del mundo, porque nosotros vivimos aquí, pero pertenecemos al cielo. Estamos destinado a lo divino.


Así que te invito a limpiarte los oídos (espiritual y literalmente) y a que hoy te dejes maravillar por al menos una cosa, persona o situación donde encuentres a Dios. Y que nunca jamás olvides que Él siempre está buscando la manera de enamorarnos, pero depende de nosotros el aceptar sus muestras de amor.

 
 
 

Comments


Haz lío con nosotros

¿Tienes dudas?

¿Tienes algún tema?

¿Quieres compartir tu testimonio?

¿Quieres compartir un punto de vista distinto?

y Contáctanos

Esperamos tu DM en Insta

o tu tweet en twitter 

o tu privado en tiktok

o inbox en facebook 

o tu mail en el correo. 

  • Spotify
  • Instagram
  • Twitter
  • TikTok
  • Facebook

© 2020 by Hagamos Lío ®

hl-negro (2).png
bottom of page