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Iglesia unida en la oración

Hoy vengo a compartirles algo muy sencillo pero que me impactó muchísimo cuando lo escuché. Me di cringe escribiendo la línea anterior pero se los comparto así porque si realmente te haces consciente de esto, tu vida de oración puede tornarse en algo mucho más rico y podrás verla un poco más profunda.


Les comparto desde mi experiencia, que útlimamente mi oración ha sido conformada de un “Hola Señor”, la mayor parte del rato de “dejferlkhjgeriguhreg” junto con pensamientos muy random y para cerrar, un “adiós Señor”. He estado muy muy enfocada en cosas de mi día y no me detengo tanto a contemplar o saborear la Palabra. Cada quien tiene su manera de orar, pero yo creo que toda persona ha tenido sus momentos en los que empieza a distraerse con la mosca que pasa o empieza a pensar en sus problemas de la vida. Lo que vengo a decirles, la verdad es que no les va a ayudar con la parte de las distracciones (así es que si es que descubren la solución para dejar de pensar en las moscas que pasan porfa me dicen).


A lo que voy, es que muchas veces nos quedamos muy estacionados o centrados en nuestras vidas terrenas, en nuestros pequeños conflictos, y nos perdemos de la profundidad de la oración, la belleza que es participar de un momento así. Y digo participar porque en la oración no estamos solos, primeramente estamos acompañados de Dios mismo, un regalo precioso poder acercarnos así a Él en una relación íntima; y además de esto, estamos unidos con la toda la Iglesia, y no solo a la militante (la de esta tierra), sino que nos unimos a la Iglesia triunfante (todos los santos que están en el cielo) y la Iglesia purgante (aquellos que están en el purgatorio). Es una belleza que compartió mi párroco hace unas semanas (shoutout al padre Juan Ángel).


La próxima vez que dediques un momento a la oración, recuerda que estás acompañado, que te estás uniendo a toda la Iglesia para ser intercesor, para ser custodio de almas, que en ese momento te unes a un manantial de oraciones, oraciones de toda la Iglesia de todos los tiempos. Somos Iglesia, somos cuerpo de Jesús realmente y somos uno, nuestra oración es una, nuestras peticiones se unen en la oración. Realmente nunca vamos a entender la profundidad de la oración hasta llegar al cielo, pero al menos podemos aprender detallitos como este, espero te sirva para tu próximo momento con Jesús.


P.d. Si te sacaste de onda y quieres aprender un poco más de la Iglesia triunfante, militante y purgante ve directo al Catecismo, es una belleza: https://www.vatican.va/archive/catechism_sp/p123a9p5_sp.html


 
 
 

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