El camino que Dios tiene para mí
- Jessica Bermeo
- Aug 8, 2020
- 2 min read
Updated: Sep 6, 2020
¿Alguna vez le has preguntado a Dios cuál es Su misión para ti? Si tu respuesta es sí, felicidades, vas a la mitad del camino. Ahora lo importante es ¿estas escuchando Su respuesta?
Me impresiona ver cómo en cada paso que doy en mi vida el Señor se asegura de ubicarme en el lugar correcto, en el momento correcto, para que con una pequeña decisión donde yo elija el Amor esté un paso más cerca de descubrir cuál es esa misión que Él tiene para mí. Y no sólo descubrirla, sino que al mismo tiempo la estoy cumpliendo.
Personalmente, con frecuencia me pasa que en mi oración le digo a Dios “Hágase Tu Voluntad” (lo decimos en cada Padre Nuestro, pero además a mí me gusta decirlo antes de terminar cada oración personal), sin embargo pocas veces le pido que me indique cuál es Su Voluntad. Hubo un tiempo que pensaba que preguntarle a Dios cuál es Su Voluntad iba en contra de Él, porque eso significaría que no confiaba en Él; pero no pasó mucho tiempo antes de que Él mismo me corrigiera con ternura, y me ayudara a comprender que si tenemos herramientas como el discernimiento es porque Él desea que nosotros conozcamos cuál es su plan para nuestra vida.
Dios no quiere marionetas, quiere hombres y mujeres libres que le amen.
Solía pensar que necesitaba que Dios me dijera cada paso que tenía que dar, cada cosa que tenía que hacer, y que sólo así podría cumplir la misión que Él tenía pensada especialmente para mí. Sin embargo, mientras más pasaba el tiempo me daba cuenta de que así no funciona, porque entre más le pedía a Dios que me guiara por su camino (cosa que sí hacía, pero yo no quería sólo una guía, quería que me diera la ubicación exacta para moverme hacia ella) más me obligaba a tomar decisiones cada vez más difíciles y/o dolorosas.
Por Su Gracia hoy puedo unir los puntos de atrás hacia adelante, y puedo ver que estoy donde necesito estar. Así, sabiendo dónde estoy, y lo que me ha traído hasta aquí día a día puedo ir escuchando la dulce y suave voz de Dios que me va a indicando hacia dónde ir en mi siguiente paso.
Y por el momento, lo único que me pide el Señor es que ame. Aquí desde donde estoy, a los que tengo cerca, a los que tengo lejos, a los que permanecen en mi corazón, a la vida, a Él, a mí. Amar hoy y ahora. Esa es mi misión. Porque después de una decisión tomada con amor, viene otra, y luego otra, para poco a poco ir formando nuestra vida, nuestra misión, en donde más podemos amar.
El camino que Dios tiene para mí no es más que eso, un camino, o más bien, un caminar con Él de la mano.
Comments