Amar y amar(me)
- Jessica Bermeo
- Mar 12, 2021
- 2 min read
Updated: Aug 25, 2022
Hace tiempo compartía lo fácil (o difícil) que puede llegar a ser el saber quiénes somos, porque sin importar que tan complicado pueda parecerte a ti en este momento saber quién eres, la realidad es simple: eres Amor, porque fuiste creado por Él, vienes de Él y, si tú quieres, a Él volverás.
La Verdad es sencilla, lo difícil es creerla. Creer en Dios, confiar en Dios, esperar a Dios, y amar a Dios. También es creer en ti, confiar en ti, esperarte a ti y amarte a ti, porque si somos conscientes de que nuestra identidad es que somos hijos muy amados de Dios, somos más auténticos cuando nos dejamos ser amados por Él y por toda su creación.
No sé si a ti pase, pero muchas veces yo me siento muy presionada a cumplir con ciertas expectativas que no estoy completamente segura de que sean mías y no sé cómo llegaron a mi mente. No sé quién me dijo que yo a mi edad ya debería de haber cumplido ciertas metas (que no recuerdo haberme puesto yo misma) como el estar ya con una pareja estable, pensando en el futuro, o que ya debería de estar trabajando en un puesto súper exitoso y ganando tanto dinero, con mi propia empresa, o que ya debería de tener mi casa. Creo que en la vida que el mundo nos empuja a vivir hoy en día, le damos demasiado valor a cosas que no son verdaderamente trascendentes.
A esta vida venimos a algo mucho más grande que cualquiera de nuestras metas, venimos a ser amados.
Por eso, nada en esta vida nos va a hacer sentir tan plenos como el sabernos amados por el Amor; es decir, que soy amado por Dios, amado por nuestros hermanos y amado por mi mismo. Amarse a uno mismo, más allá de enorgullecerse de nuestros gustos, de nuestro cuerpo, de nuestra forma de pensar, o de nuestra historia, es reconocer nuestra propia dignidad.
Recuerda que eres digno de amor, no porque lo que haces, ni por dónde estás, ni por tu pasado, ni siquiera por la posibilidad que representa tu futuro, eres digno porque existes. Porque primero fuiste pensado, creado y amado con Amor infinito, y en consecuencia después de tus errores, has sido salvado.
Más que sólo saber quién eres y buscar “resignarse” a eso, es necesario amar tu identidad, estar orgulloso de quién eres. Enorgullecerse de todas nuestras virtudes y en especial de cada una de nuestras debilidades, porque ahí es donde esta Cristo, ahí es donde esta la gracia del Señor sobre nosotros, que actúa cuando nosotros ya no alcanzamos fuerzas ni para existir.
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